San Pablo nos dice rotundo: Sé de quién me fío. Del Señor Jesús.
No tenemos que ser norte de nosotros mismos, poniendo nuestros deseos en cosas que no son acordes con nuestro verdadero bien, con nuestra salvación.

Pidamos en cambio a Dios lo que, de verdad, sea bueno para nosotros. Seguro además, que lo que sea bueno para nosotros también será bueno para los demás y para la Gloria de Dios.
Así… ¿qué podemos pedir?, ¿Cómo sabremos con certeza lo que nos será óptimo?

Dios que es infinito Amor, nunca defraudará la esperanza puesta en Él y nos dará los frutos de la misma: la Paz y la Alegría.

Abandonémonos en Dios. Tú lo sabes todo exclamó el Apóstol Pedro
Pidamos a Nuestra Señora de la Claraesperanza que nos infunda el don de este esperar en Dios Padre, pues Él nunca falla. Basta sólo que nos centremos en amar, incluso a los enemigos. Donde no hay amor no cabe la esperanza.

Alfredo Rubio de Castarlenas

 


 

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